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ARTISTAS

IMANU: Construyendo mundos a partir del sonido

  • 23 October 2025
IMANU: Construyendo mundos a partir del sonido

El circuito de clubes europeo ha estado históricamente dominado por el house y el techno, pero IMANU ha abierto un camino donde las reglas se disuelven y los géneros se entrelazan. Sus sets y producciones se sienten como organismos vivos: pesados pero frágiles, distorsionados pero melódicos, impredecibles pero cuidadosamente esculpidos. En 2025, esa identidad se cristalizó con De Verte, un proyecto que se lee menos como una colección de tracks y más como un manifiesto.

Con apenas 26 años, IMANU ha pasado de los experimentos en su habitación a los escenarios globales, de productor adolescente inquieto a curador de comunidades y lineups que desafían expectativas. Su camino no busca encajar en el establishment europeo, sino crear un nuevo centro para el sonido multi-género y centrado en el bass. En el proceso, se ha ganado una reputación por su disciplina, audacia y negativa a comprometer su visión.

De Verte y la identidad creativa

El título de su nuevo proyecto tiene peso:

“De Verte es una frase holandesa que significa ‘la profundidad’ o ‘la distancia’. La elegí para mostrar cuán variada puede ser la música dance, pero también para abrazar mi identidad holandesa en lugar de usar automáticamente el inglés. Siempre admiré cómo los artistas alemanes y franceses utilizan su propio idioma. El holandés también puede ser bonito. Quería algo familiar, algo que pudiera pertenecer a muchos idiomas.”

Para IMANU, De Verte no se trata solo de sonido. Se trata de construir un espacio que se extienda más allá de la cabina:
“Siempre he experimentado con otras formas de arte, como la moda y los tatuajes. Sentí natural extender eso a los shows y a la curaduría. Ahora puedo programar lineups diversos y de mente abierta que atraen a un público igualmente diverso y abierto. Lo veo como un deber para cualquiera que tenga la oportunidad de moldear una comunidad. No fue una decisión de un segundo; surgió de la lógica.”

Atmósfera y arquitectura

Su música tiene una cualidad arquitectónica: el peso brutal del concreto chocando con momentos efímeros de belleza.

“Me importa el balance entre la densidad, la armonía, la percusión y el ritmo. Ya no veo mi música solo como tracks para DJing. Pueden tocarse en sets, pero los arreglo como canciones. Eso es más importante para mí que lo fácil que sean de mezclar.”
“Muchas veces me inspiro en arquitectura y moda. El brutalismo, por ejemplo. Un bloque masivo de concreto junto a ladrillo rojo y espacios verdes de repente no es aburrido; se convierte en un momento. La música puede funcionar igual: caos y distorsión seguidos de armonía y voces. El contraste puede ser más bello que solo una u otra cosa.”

Cada lanzamiento, para él, no es un capítulo más en un catálogo, sino un pequeño mundo:
“Cada EP es su propio universo. La gente que lo descubre forma parte de una tribu. Está curado para sentirse como un mundo específico, un ambiente, una idea.”

Escuchar a IMANU es como caminar por una ciudad que te abruma un momento y te desarma al siguiente. Sus tracks no solo pasan de drop a breakdown; se elevan como losas de concreto y luego colapsan en luz. Es el lenguaje de la arquitectura traducido al sonido.

El enfoque revela su intención: su música no busca solo ser funcional para DJs, sino perdurable. “Los arreglo como canciones. Eso es más importante que lo fácil que sean de mezclar.”

La referencia al brutalismo tiene sentido: un bloque de concreto frente a ladrillo rojo y espacios verdes se vuelve imposible de ignorar. IMANU encuentra el mismo principio en la distorsión, donde la combinación de armonía y percusión se enfrenta con las voces. Su trabajo prospera en el contraste, en la tensión entre ruido y claridad.

Lo que lo diferencia es ese sentido del entorno. En una escena obsesionada con singles y algoritmos, IMANU insiste en construir mundos, y en el proceso no solo diseña canciones, sino espacios donde las comunidades pueden reunirse, unidas por la arquitectura del sonido

Curaduría de lineups

Más allá de los discos, IMANU da forma a noches enteras. Desde showcases en ADE hasta clubes underground, su rol como curador es tan intencional como su diseño sonoro:

“Debo equilibrar muchas personas: venues, promotores, público y yo mismo. Quiero apoyar artistas que me emocionen y crear un espacio seguro y diverso en la pista de baile. Para ADE, siempre busco un artista vocal que pueda cantar en vivo, y luego construyo la noche alrededor de eso, asegurándome de que la energía siga creciendo.”

El flujo, insiste, es la arquitectura oculta de la noche:
“Me importa el orden de los actos. La energía tiene que subir. Eso puede significar que un nombre grande toque antes de lo esperado. Si logramos que la gente llegue temprano y se quede hasta tarde, lo hemos hecho bien. Hay que dejar el ego de lado.”

Programa un espectro amplio, desde headliners internacionales hasta talentos locales. El hilo común: energía y apertura:
“Si haces buena música, creas buenos sets y eres buena persona, quiero apoyarte. Las mejores noches son las donde todos se sienten bien: artistas, crew, público.”

A veces los riesgos se convierten en revelaciones:
“En Nueva York programé a Sammy Sosa. No la conocía mucho, solo revisé algunos mixes. Arrasó. Lo mismo con Skala en Londres. Hay tantos DJs ahora que mezclan estilos de manera única. Esa apertura hacia la fusión es emocionante.”

Cultura, comunidad y legado

Para IMANU, la rebeldía nunca fue contra el house o el techno, sino contra la mentalidad cerrada:

“Comencé como productor de house, luego tuve un proyecto de drum and bass antes de IMANU. Odiaba lo testarudo que era cierto público de DnB. Tocar un track que no fuera DnB podía vaciar la pista. Eso me frustraba. Mi rebeldía era contra eso. Me inspiró Noisia, que impulsó otros sonidos en sus sets y recibió críticas, pero también más éxito.”

Hoy, la comunidad, no el género, lo guía:
“Los eventos musicales son sociales. La gente va donde van sus amigos. Por eso me importa la curaduría. Si atraigo a buena gente, más buena gente seguirá. Quiero una comunidad que escuche géneros distintos pero conectada por la misma energía abierta.”

Experimenta en entornos privados y públicos, sabiendo que no todo encaja en el mismo espacio:
“Subo muchos experimentos a Patreon: compases extraños, bocetos ambient. Mis fans más fieles los disfrutan. Para lanzamientos públicos, busco accesibilidad. Un track como ‘Sutekh’ se escucha bien porque la voz facilita la digestión. Todo tiene su momento y lugar. No todo tiene que ser 17/6 en escala etíope; a veces basta con La menor con un kick 4/4.”

Esa filosofía se extiende a su legado:
“Si mis lineups y música inspiran a otros a hacer lo mismo, es el mayor cumplido. Espero que en diez años haya más lineups como el mío: artistas diversos, públicos diversos, espacios seguros y noches memorables.”

IMANU no solo lanza música; construye espacios: en discos, en escenarios y en comunidades que se niegan a encasillarse. Su rebeldía no es destruir géneros, sino abrirlos:
“Al final del día, me hace feliz si la gente disfruta mi forma no tradicional de programar y crear. Si los inspira a intentar algo similar, significa todo para mí.”

El futuro que imagina no es ser recordado por un sonido, sino por construir mundos donde los sonidos puedan chocar y la gente sentirse libre. Ese es el legado que escribe con De Verte: no solo un título de proyecto, sino una declaración de profundidad, distancia y posibilidad.

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