BERF
De Turquia a Berlin

Berfin, conocida como BERF, es una DJ y productora cuyo trabajo refleja una fusión única de su crianza multicultural y sus diversas influencias musicales. Con raíces en Bielefeld, Alemania, el viaje musical de BERF comenzó en un hogar donde la diversidad cultural era una forma de vida. Fluida en alemán, inglés, francés, turco y español, con conocimientos adicionales de ruso y japonés, la capacidad de BERF para conectar entre culturas se refleja claramente en su música.

Crecimiento y orígenes musicales
¿Cómo fue crecer musicalmente en Bielefeld? ¿Qué sonidos o entornos moldearon tu infancia?
No crecí en un solo lugar; incluso de niño pasé mucho tiempo entre Bielefeld, París, Londres y Turquía. Mi vecindario estaba lleno de diferentes culturas, así que constantemente estaba rodeado de una mezcla de sonidos y tradiciones de todo el mundo. Eso me formó tanto como mi familia. En casa escuchaba sonidos tradicionales, melodías emocionales, pero también lo más nuevo del pop y el hip-hop en la radio. Esa mezcla de intimidad y sonido global realmente moldeó la forma en la que escucho y en la que creo hoy.
¿Qué papel jugó tu familia en tu desarrollo musical?
Mi familia me dio raíces y un sentido de conexión con la música desde muy joven; incluso me enviaron a aprender a tocar el Saz cuando aún era niño. Al mismo tiempo, pasaba muchas horas solo en casa porque mis padres trabajaban. No me gustaba el silencio, así que me rodeaba de sonido... Ponía CDs en repetición, dejaba la televisión encendida o simplemente me sumergía en la música. Aunque mi familia no entendía del todo la música electrónica, me enseñaron que el sonido transmite emoción, memoria y significado. Para mí, la música nunca fue solo ruido de fondo; era una forma de sentirme menos solo.
¿Cómo influyó tu gusto temprano por géneros como el Hip-Hop, el RnB o los sonidos balcánicos en tu identidad musical actual?
Me dieron ritmo y emoción. El hip-hop me enseñó actitud, el RnB me enseñó intimidad y los sonidos balcánicos me enseñaron intensidad. Hoy, mi música vive en esa intersección: beats que mueven el cuerpo, pero siempre con emoción y profundidad.
Identidad y lenguas multiculturales
Hablas varios idiomas… ¿Cómo lograste aprender tantos?
Crecí siendo multilingüe: el alemán, el turco y el inglés siempre estuvieron presentes a mi alrededor, luego el francés llegó a través de la escuela y de conexiones familiares en París. Cuando estás expuesto a tantos sonidos desde niño, los idiomas se sienten naturales, casi como la música. Empiezan a mezclarse, y tu oído se acostumbra a sus ritmos.
¿Cómo ha influido tu conocimiento de diferentes idiomas y culturas en la forma en la que produces y seleccionas música?
Lo ha moldeado todo. Hablar distintos idiomas te enseña a escuchar más allá de las palabras: captas emociones, códigos, atmósferas. Me acerco a la música de la misma manera. No quiero limitarme a un solo género o una sola escena; quiero que mis tracks y mis sets se sientan como un diálogo entre culturas, donde cada sonido lleva consigo una historia diferente.
¿Hay algún idioma o cultura que te inspire más musicalmente?
Cada idioma me inspira de forma distinta. El francés me da elegancia y ritmo, el turco me conecta con la emoción pura y la tradición, el español me trae pasión y movimiento, el alemán me da estructura y fuerza, el japonés y el coreano aportan precisión y estilo, el portugués brasileño transmite groove, el ruso tiene una intensidad cruda y el árabe aporta profundidad y un sentido de misticismo. Me encanta mezclarlo todo, y esa fusión entre lo chic y lo primitivo es lo que se escucha en mi música.

Trayectoria artística y actuaciones
¿Cuál ha sido tu presentación más memorable hasta ahora y por qué?
Burning Man siempre se quedará conmigo: tocar en un art car en movimiento en medio del desierto fue pura magia. La energía, el caos, la libertad… se sentía como otro universo. Abrir para Tokio Hotel también fue surreal, porque de niña era súper fan y jamás imaginé que algún día estaría en su escenario. Y luego presentarme con Meute frente a 6,000 personas… esa adrenalina, esa conexión… fue uno de esos momentos en los que te das cuenta de lo poderoso que realmente es la música.
¿Cómo se sintió tocar en festivales icónicos como Burning Man o Bay of Dreamers?
Es a la vez humilde y electrizante. Estás ahí, dándote cuenta de hasta dónde ha llegado tu música, y luego ves los rostros del público, gente de todas partes del mundo, conectando a través de tu sonido. Eso es mágico.
¿Cómo te preparas para un set en vivo? ¿Tienes algún ritual antes del show?
Antes de un show me tomo un momento para enraizarme: cierro los ojos, respiro y visualizo la energía que quiero transmitir. Es casi como una breve meditación, recordándome a mí misma: lo tienes, esto va a ser increíble. Pero una vez que estoy detrás de las tornamesas, suelto el control, improviso y dejo que la multitud me guíe a través del set.
Herencia Cultural
¿De dónde proviene tu herencia cultural y cómo influye en tu música?
Mi herencia es una mezcla de raíces alemanas y tradiciones orientales. Esa dualidad me enseñó a ser flexible, a fusionar precisión con emoción, disciplina con caos. En mis tracks puedes escuchar ambos mundos chocando.
Has tocado el Saz y tienes una fuerte conexión con las tradiciones musicales orientales. ¿Cómo integras esos elementos en la música electrónica?
Para mí, el Saz no es solo un instrumento, se siente como una voz del pasado. En casa solía bailar danza del vientre todo el tiempo con música oriental, así que esos ritmos son parte de mí. Cuando incorporo el Saz a la música electrónica, es como mezclar esa energía de mi infancia con el futuro.

Record Label: FREBNO
¿Qué te inspiró a crear tu propio sello, FREBNO?
Quería libertad. Con FREBNO puedo lanzar mi música cuando siento que está lista, no un año después porque algún sello decide el calendario. Me encanta experimentar, incluso hacer tracks raros o inesperados, y no quiero esperar una aprobación. Algunos sellos no lo entendían o no me daban retroalimentación, pero precisamente por eso construí mi propio espacio. FREBNO se trata de adueñarme de mi visión, de lanzar música original y atrevida sin compromisos, y de apoyar a otros artistas que compartan esa misma energía sin miedo.
¿Qué tipo de artistas o sonidos buscas promover a través de tu sello?
Por ahora, FREBNO es algo muy personal: cada lanzamiento es algo en lo que he participado dentro del proceso creativo, casi como construir un portafolio de mi visión artística junto con amigos. Se trata de experimentar juntos y de compartir esa energía con el mundo. Pero puedo imaginarlo creciendo hasta convertirse en un hogar para otras criaturas raras también: artistas que me sorprendan, que suenen futuristas pero al mismo tiempo emocionales. No persigo tendencias, me interesan las personas que crean su propio lenguaje en la música.
¿Puedes contarnos sobre algunos de los artistas que han firmado con Frebno y qué fue lo que te llamó la atención de su música?
Cada artista con el que trabajo tiene su propia historia y su propio coraje. Por ejemplo, hice dos tracks de deep house con Carlo5, un cantante alemán, y los mezclamos con voces en portugués brasileño; se sintió como conectar dos mundos en un solo sonido. Con mi amigo FITZHERBERT creamos un track de techno que fusiona influencias francesas y chinas, realmente atmosférico y futurista. También trabajo muy de cerca con mi ingeniero de mezcla y masterización interno, Yan Montoya. Él no está en el escenario, pero comparte la misma visión, y eso es igual de importante para mí. FREBNO no se trata solo de poner en el centro de atención a los artistas, sino de construir una familia de personas que aporten algo único a la mesa.

Planes a Futuro
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Estoy terminando una serie de lanzamientos que se publicarán mensualmente. También estoy desarrollando más proyectos audiovisuales porque quiero que mi música se experimente con todos los sentidos.
¿Planeas expandir tu presencia a otras regiones del mundo pronto?
Sí, definitivamente. América Latina, Japón, Estados Unidos y Asia están muy arriba en mi lista. Me emociona ver cómo distintos países conectan con mi música y con la energía que llevo al escenario. Lo loco es que a veces encuentras a tu público más grande en lugares que nunca imaginaste, y esa es la belleza de la música: viaja más lejos de lo que uno piensa.
¿Cómo te imaginas tu evolución artística en los próximos años?
Me veo difuminando las fronteras entre música, performance y arte. Quiero evolucionar hacia alguien que no solo lance tracks, sino que cree mundos en los que la gente pueda sumergirse.
Recomiéndanos una canción…
Mi track favorito absoluto desde 2015 es Underground E Motion de Joe Brunning. Lo he tocado tantas veces, especialmente como cierre de set, y cada vez todavía me pone la piel de gallina. Es una de esas canciones raras que nunca pierde su magia: transmite energía cruda, pero también una capa emocional profunda que te impacta justo en el lugar correcto. Para mí, es un recordatorio de por qué me enamoré de la música electrónica desde el principio: puede mover tu cuerpo, pero también mueve tu alma.